Pavlova con nata y frutas del bosque

Hacer merengue siempre me ha resultado fácil pero hacer una Pavlova son palabras mayores. He estado queriendo hacer una Pavlova desde hace mucho tiempo. Es uno de esos postres que no se empiezan por el miedo a no poder terminarlos bien, pero la verdad es que es muy, muy sencilla de hacer.
El corazón de cualquier Pavlova es un buen merengue, que debe estar crujiente por fuera y tierno por dentro, ya que no tiene mucha gracia un merengue completamente seco.
Después, es sólo rellenarlo con frutas y nata montada.
RECETA
Ingredientes
3 claras de huevo
180 g de azúcar
200 g de nata montada
250 g de frutas del bosque variadas
½ cucharadita de Maizena
1 pizca de sal
2 o 3 gotas de vinagre blanco

Preparación
Montar las claras con las varillas eléctricas. Cuando estén espumosas, añadir la sal; así quedaran más firmes. Mientras las batimos, incorporar poco a poco, la mitad del azúcar. Ir aumentando poco a poco la velocidad de las varillas y seguir batiendo hasta que el merengue se separe de las varillas.
Espolvorear el merengue con el resto del azúcar, añadir la Maizena y el vinagre y batir de nuevo hasta obtener una mezcla espesa y muy brillante. Dibujar sobre una hoja de papel de horno un círculo de unos 20 cm de diámetro y extender el merengue sobre él. Darle forma con una espátula hasta que los bordes queden más altos que el centro.
Hornear la Pavlova a 140º durante aproximadamente 1 hora (debe quedar bien seca por fuera y el merengue un poco dorado) y dejarla enfriar en el horno apagado. En el momento de servir, rellenar el hueco central con la nata montada y decorarla con las frutas del bosque lavadas y secas.